Personajes Alfonso Diez |
Me reuní con Lázaro Ríos, entonces director editorial del periódico
Reforma, en noviembre de 1996 y le expuse los puntos centrales ahora contenidos
en esta columna con la idea de publicarlos en el diario, pero antes de que le
enviara mi colaboración él dio a conocer “algo” (en pocas palabras y de manera
superficial), de lo que recordaba expuesto por mí, en la columna Templo Mayor,
que se elabora en la redacción del mismo diario, por lo que decidí ya no mandarle
nada.
Lo publiqué en el Personajes del 10 de marzo de 2008, en La Quinta
Columna, hace un año. Hoy, a 15 años del asesinato del candidato del PRI a la
presidencia de México, las dudas que he planteado siguen vigentes, las
preguntas fundamentales continúan sin respuesta. Parece como si nadie quisiera
investigar los cabos sueltos aquí denunciados.
Con el paso de los años, algunas piezas del rompecabezas que fue el
asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta parecen encajar mejor. Preguntas sin
respuestas, actitudes desconcertantes, publicaciones inesperadas, entrevistas
reveladas posteriormente ahora pueden tener sentido.
El ejecutor está preso pero ¿Por qué disparó a Colosio? ¿Se le ocurrió en ese momento? ¿O quién es el autor intelectual? El mismo día del asesinato de Luis Donaldo Colosio, como coincidencia
increíble, se publicó la revista Siempre con una entrevista periodística
realizada por su directora a Fernando
Gutiérrez Barrios. El semanario tiene fecha del 30 de marzo de 1994, porque
entonces sacaban a la venta la publicación con fecha de una semana posterior.
La entrevista fue hecha unos días antes del asesinato y en la misma,
como si fuera una premonición, el ex secretario de Gobernación advierte de los
riesgos de la violencia para la estabilidad del país. Ofrece además puntos de
vista y análisis que parecieran buscar el objetivo de ubicarlo como candidato.
La misma noche del asesinato (19:15 horas del 23 de marzo de 1994),
llegó a la redacción de algunos periódicos, antes de las 21 horas, un
desplegado periodístico con el título: “Ante
la Tragedia, Opciones Jurídicas del PRI”, en el que se destapaba a Fernando Gutiérrez Barrios como candidato
sustituto en vista de que a esas alturas de la campaña ya ningún secretario de Estado podía ser
nominado. El desplegado fue publicado al día siguiente.
¿Cómo era posible que en menos de dos horas alguien hubiera elaborado el
análisis jurídico que aparece en tal desplegado para que se publicara en los
diarios del día siguiente? Con tiempo suficiente también para llevarlo a los
periódicos y ordenar su inserción.
El candidato del PRI acababa de ser asesinado y alguien tuvo la
suficiente cabeza fría para hacer el desplegado “destapando” a Gutiérrez
Barrios como nuevo candidato. Además, la revista política nacional mencionada
antes publicaba una entrevista al mismo recién “destapado” que antes no había
querido conceder entrevistas.
La imaginación, en estos casos, “vuela y hace conexiones”. Don Fernando
era militar, igual que el “descuidado” jefe de la seguridad de Colosio, general
Domiro García Reyes. ¿Entonces, era don
Fernando el candidato de los militares? Murió el 30 de octubre del 2000 y
estos señalamientos quedaron, en consecuencia, sin respuesta.
Curiosamente, el mismo 23 de marzo de 1994 todos los gobernadores
asistían a una reunión en la Ciudad de México, previamente convocada por el
presidente del IFE. Todos, menos uno, Manlio Fabio Beltrones, ex secretario
particular de don Fernando, que gracias a que no fue a la reunión se trasladó
inmediatamente de Hermosillo a Tijuana y fue de los primeros en interrogar al
asesino.
¿Un bello día para Carlos Salinas de
Gortari?
Decía antes que la imaginación vuela. Recordaba entonces las películas
sobre supuestos asesinos solitarios que habían en realidad sido inducidos al
asesinato por medio de prácticas hipnóticas, valiéndose además de medios
químicos y electrónicos para lograr la ejecución y que el asesino no recordara
quién o quiénes lo habían enviado.
El Embajador del Miedo (The Manchurian Candidate, 1962), con Frank
Sinatra y Laurence Harvey, luego el remake de Denzel Washington y Liev
Schreiber, es una de ellas. La Conspiración (The Conspiracy Theory, 1997), con
Mel Gibson y Julia Roberts, es otra. El mismo tema.
Podríamos pensar que de la misma manera fueron asesinados Martin Luther
King y Robert Kennedy, utilizando un asesino inducido, o prefabricado.
Claro, el asesino también pudo haber sido comprado, a un precio
seguramente muy alto.
Hay otros hechos que por lo menos llaman la atención. Al otro día de la
nominación de Luis Donaldo como candidato del PRI (28 de noviembre de 1993), la
televisión captó al presidente Salinas
de Gortari que decía: “hoy es un
bello día, ¿o no les parece un bonito día? porque el PRI ya tiene candidato a
la presidencia, se trata de Luis Donaldo Colosio”.
La expresión no cabía, sonaba hueca, infantil, o más que eso, parecían
las palabras de un despechado que quiere hacer creer que no se siente mal
porque sus días en el poder están por llegar a su fin. El famoso “al fin ni quería”.
Lo malo de la personalidad que se proyecta de esa manera es que comienza a
señalar al causante y a culparlo de todos sus males. Lo que eran virtudes se
convierten en defectos, todo serán trabas.
Y efectivamente, Salinas fue
encontrando tales trabas: “Su esposa está a punto de morir, será un mal
presidente”. “Me mandó decir con Zedillo que si yo no paro a Camacho él lo va a
hacer, qué se ha creído, ya le mandé decir con Gamboa que se ocupe de sus
asuntos y que de Camacho yo me hago cargo”. “Le dijo a mi papá que le dijera a
Raúl, mi hermano, que en cuanto él tomara posesión de la presidencia se
olvidara de la política, que no le iba a permitir ser gobernador, ni siquiera
senador”. Salinas ya estaba harto, si así procedía Colosio como candidato,
¿cómo lo haría siendo ya presidente? ¿Ese
era el hombre que le iba a cuidar las espaldas?.
Lo anterior es cierto, está documentado en diversos libros con
entrevistas a testigos presenciales.
¿Cómo le cayó a Raúl el recado que le mandó Colosio con su papá? ¿Qué medidas
tomó? ¿O se quedó tranquilo, como si nada fuera a suceder?
Cuatro días antes del asesinato de Colosio, Ernesto Zedillo, coordinador de la campaña, le entregó una carta en
la que le sugiere hacer las paces con
Salinas. Le hace notar que al presidente se han acercado personas mal intencionadas, entre ellas Camacho Solís,
que con sus argumentos lo dejan muy mal parado. Esto corrobora la mala relación
de Colosio con Salinas.
El periodista Eduardo Valle, “El Búho”, por su parte, entregó al
candidato una carta en la que le expone pruebas y evidencias de la relación de
Raúl Salinas de Gortari con el narcotráfico.
Tras la nominación de Luis Donaldo, Manuel Camacho Solís, entonces
regente del Distrito Federal, no quiso aceptar al nuevo candidato del PRI ni felicitarlo
y después, cuando iba a reprocharle al presidente la designación, se despidió
de su familia y le dijo a uno de sus asesores más cercanos, quien también ha
escrito su testimonio: “Voy a hablar con
el presidente y si no regreso en unas horas te llevas a mis hijos fuera del
país”.
Estas palabras confirman que Camacho iba a hablar duro con Salinas. ¿Cómo lo iba a presionar para que cambiara la nominación del PRI? ¿Cómo lo iba a chantajear? ¿Qué le dijo Camacho a Salinas? Lo cierto es que al siguiente día Camacho renunció a la regencia y fue
nombrado secretario de Relaciones Exteriores, después de hablar con el
presidente, y a los pocos días, en enero de 1994, estalló una supuesta
guerrilla comandada por el EZLN en Chiapas, que permitiría que Salinas lo
nombrara Comisionado Para la Paz, sin goce de sueldo y en consecuencia con
posibilidades de forjarse una imagen que le permitiera ser candidato a la
presidencia.
Desde luego, con la irrupción del EZLN, la situación del país podría
permitir la cancelación de las elecciones y la prolongación del mandato
presidencial, por lo menos a ojos del titular.
Camacho Solís anunció su apoyo a Colosio como candidato del PRI
solamente un día antes del asesinato.
Días después, tras ser abucheado al intentar dar su pésame a la viuda,
tuvo la osadía, de común acuerdo con el mismo Salinas de Gortari, de pedirle a
Diana Laura Rojas viuda de Colosio que firmara una carta en la que en otras
palabras lo exoneraba del asesinato. Diana Laura, desde luego, se negó a firmar
tal exoneración, que le llevaba Salinas y había sido elaborada por Camacho. Si
hubiera obtenido tal carta, tal vez habría logrado ser candidato sustituto por
el PRI.
El colmo fue el montaje de Carlos Salinas de Gortari, ya como ex
presidente, cuando se declaró en huelga de hambre en una casa de la ciudad de
Monterrey, para lograr hablar con el presidente Zedillo y que éste manifestara
públicamente que él, Salinas, no estaba involucrado en el asesinato de Colosio,
que no era una de las líneas de investigación de la procuraduría.
Salinas ha reconocido que ese era el objetivo de su huelga de hambre,
con la fachada de proteger a su hermano Raúl, recién aprehendido por el asesinato
de Ruiz Massieu. El ex presidente logró sus fines y tras un acuerdo con Zedillo
salió del país, una vez que éste lo exoneró del asesinato. Como si eso bastara
para no realizar la investigación respectiva. ¿O bastó?.
Los actos de un individuo son la respuesta evidente de la combinación de
tres elementos internos a los factores externos; los internos son el yo, el
ello y el superyo. La vestimenta de gente pobre que usó Salinas para declararse
en huelga de hambre, la búsqueda desesperada de una casa pobre en Monterrey
para hacerlo, donde se sabía menos impopular que en el resto del país, y el
traslado a tal casa en un vehículo viejo, todo con el afán de causar lástima
para buscar la exoneración lo pintan
como un sujeto “anormal”, por no llamarle enfermo, una persona con un superyo
muy mal estructurado que es capaz de cualquier cosa.
Pero nos hace notar, además, que tenía motivaciones que lo ponían en
situación de un miedo extremo y reaccionó a las mismas de manera exagerada
porque los sentimientos de culpa no lo dejaban desarrollar su vida
tranquilamente.
¿Qué trato hicieron entonces Zedillo y Salinas? ¿Qué trato hicieron Camacho y Salinas? ¿Tras el
asesinato, alguien le tendió una trampa a Gutiérrez Barrios con el desplegado,
para señalarlo, o fue decidido por él? ¿Y la entrevista en Siempre? ¿Qué le
dijo Camacho a Salinas para presionarlo? ¿Actuaron como cómplices? ¿Por qué
no fue a la reunión con todos los gobernadores Manlio Fabio Beltrones?
¿El asesino, fue efectivamente solitario, o le pagaron para que lo
hiciera? ¿O fue inducido de alguna otra manera?
¿Quién mandó matar a Colosio? |